CIENCIA
Lleva más de cuarenta años intentándolo
- Se lo recetaron en la posguerra para curar una Tenia
Al poco de concluir la guerra civil de 1936, don Antonio Fini fue diagnosticado de Tenia o Solitaria. El médico le recomendó comer todo aquello que le pidiera el cuerpo y que inhalara vahos de eucalipto. En vista de que no mejoraba, su madre le llevó a una curandera que le recetó media gota de un preparado. “Que no tome más de media gota”, insistió la maga. Desde entonces don Antonio se ha obsesionado con dividir la gota en dos, pero cuando se produce la división no comporta media gota, sino dos. Casi cincuenta años después no ha tenido éxito en su investigación. ¿Y la Tenia?, le preguntamos. ¡Que Tenia, ni Tenia!. Lo que pasaba es que eran los años del hambre y yo, que estaba creciendo me comía a mi hermano por los pies, declaró el investigador.
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